ODA A LA HOJA DEL TABACO

¡Oh ocre Vegetal nacido en las Tierras conquistadas!

¡Planta ancestral prohibida e idolatrada!

¡Oh Picadillo puro y simétrico, envuelto en tu cilíndrica blancura,

déjame incendiarte con la chispa de mi delirio y abrásame con tu mágico alcaloide en esta noche oscura iluminada por mi soledad!

¡Oh goce provisional, ceniza perecedera, idea temporal!

¡Liba mis labios que impaciente esperan el contacto de tu malvada caricia!  

¡Breve pensamiento, hoguera de la melancolía, sabor de fuego!

¡Bésame de inmediato y fíltrame tu pasión limitada!

¡Humo fugaz, efímero y gris, vuela dentro de mis entrañas y conságrame una picadura de éxtasis nicotínico en las fibras de mi esencia!

¡Oh hebra de mi fantasía, ama de mi deseo, esclava de mi bolsillo, filamento de mi lucidez!

¡Hollina la nuez de mis ecos!

¡Tizna el conducto de mis gritos!

¡Huméame que quiero pasarlo pipa!

¡Llama y entra como un tizón en la semilla de mis venas!

¡Ahúma el núcleo de mi pepita rubí que te adora y no te puede olvidar! 

¡Quema mi nave desgastada y entregada a tu irradiación incandescente!

¡Calcina mi bandera de harapos; tostado trofeo de tu lealtad!

¡Incinera el aire de mi alma!

¡Envuélveme en tu halo de misterio y dame la libertad somnífera!

¡Pero… ¿qué haces?, ¡no te cales, sigue embriagándome con tu nube ilusionaría, no te desintegres!

¡No seas tan roñoso y cruel como esa colilla mugrienta que el otro día me dejo abandonado a las tres de la mañana en el cenicero que María Juana me regalo el día de mi cumpleaños!

¡No, no te acabes como tus anteriores hermanos, enfiladamente uno a uno desencajetillados!

¡Ofréceme la última e irrevocable bocanada!

¡Expírame hasta la medula ósea y te daré todo el oxigeno de mi frágil voluntad y lo marcare con letras lacradas al carbono en el Ozono del Universo!  Jam.